
LIBRE ALBEDRIO Y PSICOPATÍA.
Carlos A. Vidal Reyes ps.
La consciencia es la capacidad exclusiva de representación del cerebro, mecanismos cerebrales que representan instante a instante, la continuidad del mismo organismo. Cuando se habla de consciencia se deben tener en cuenta dos aspectos, la capacidad de la consciencia y el contenido de la consciencia. Una actividad consciente normal requiere de la capacidad para la consciencia, también conocido como despertar, estrechamente vinculada a la vigilia. Las bases neurales de este componente se encuentran en el sistema reticular activador ascendente, que genera impulsos ascendentes activadores de la corteza cerebral, el otro aspecto, es el contenido de la consciencia, que representa la suma de las funciones mentales cognitivas, afectivas y otras funciones psíquicas superiores y denota el conocimiento de la existencia de uno mismo y el reconocimiento de los mundos internos y externos. Una “adecuada” toma de decisiones depende de un equilibrio e integración de todos los aspectos de la consciencia, tanto en su capacidad como en su contenido. Los estudios imageneologicos de ultima generación han encontrado diferencias anatómicas y funcionales en los cerebros de individuos delincuentes crónicos con diagnostico de psicopatía comparados con sujetos sin historial violento ni delincuencial. Se reconoce en la psicopatía una gran dificultad para integrar y procesar información emocional y regular y proyectar el comportamiento de acuerdo a dicha información, es decir que aquellas estructuras y funciones implicadas en la consciencia y en los mecanismos de la toma de decisiones estarían alterados, dejando por fuera información vital para el organismo como lo son las emociones y el reconocimiento de las mismas en los demás. Un libre albedrio generado desde la disfunción, una consciencia que puede ser una sin consciencia como lo describe Robert hare en su libro del mismo nombre, es decir un sujeto que proyecta su conducta sin la capacidad de procesar e integrar información emocional que sustente su acción y su toma de decisiones. Conceptos como las emociones morales que sustentan un adecuado comportamiento social y cultural enfocado al bienestar general y a la convivencia, estarían ausentes en sujetos psicópatas y esto indudablemente es un factor de gran predisposición a la criminalidad y a la proyección del comportamiento no desde una emoción moral para el bienestar general, sino desde el único y propio interés particular, siendo la delincuencia un mecanismo de obtención de lo deseado o necesitado de manera particular, ¿era necesario para Garavito violar y matar 200 niños?, en su “consciencia” si lo era y todo su aparato psíquico estuvo al servicio de su “necesidad” y la proyección, regulación y ejecución del comportamiento estuvieron dirigidas a suplir dichas necesidades “especiales”